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El insomnio puede afectar a las personas mayores de un modo transitorio, agudo o crónico, es decir, durando dos o tres días, entre una semana o un mes, o más de un mes. Todo dependerá de cuál sea la causa, pero en muchos casos bastará seguir una serie de pautas relacionadas con la vida diaria y la higiene del sueño para evitar el insomnio o, dicho de otra forma, para estimular el sueño:
Horario regular de sueño: acostarse y levantarse siempre a la misma hora y evitar las siestas durante el día.
Eliminar las fuentes de ruido o de luz (exteriores e interiores) que puedan dificultar el sueño.
Utilizar la cama solo para dormir o para la actividad sexual. Y procurar que ésta sea cómoda. Si quiere leer antes de dormir, mejor hacerlo en otra habitación y sentado.
Utilizar ropa (camisón o pijama) cómoda.
Mantener una temperatura adecuada en la habitación: ni frío, ni calor. En invierno habrá que tener en cuenta los horarios de calefacción si esta es central o la temperatura a la que se pone si es individual. En verano se puede recurrir al ventilador o al aire acondicionado si hace un calor excesivo, pero siempre asegurando una temperatura suave (20º).
Evitar el consumo de bebidas estimulantes (café, té, etc.). Hay que tener en cuenta que el efecto de la cafeína puede durar varias horas.
El alcohol puede inducir el sueño, pero cuando se pasa su efecto es habitual despertarse desvelado.
Evitar el sedentarismo y hacer ejercicio de forma rutinaria todos los días ayuda a consumir energía y facilita dormir por la noche.
Plantearse utilizar dos camas si el movimiento de su compañero/a de cama le despierta de forma habitual. Si además ronca, puede plantearse dormir en otra habitación .
Tratamiento para el insomnio de las personas mayores
Una correcta higiene del sueño es en la mayoría de los casos suficiente para evitar el insomnio. Aún así también se puede recurrir a terapias conductuales dirigidas a la reeducación de los hábitos de sueño.
No obstante, en algunos casos puede ser necesario un tratamiento farmacológico, especialmente si se trata de insomnio crónico, como el causado por el dolor originado por determinadas enfermedades crónicas, un trastorno del comportamiento o enfermedad mental o una enfermedad cuya sintomatología impide conciliar el sueño, debe ser el médico quien determine el tratamiento más adecuado, ya sea tratando adecuadamente la enfermedad que lo genera, inhibiendo el dolor o prescribiendo fármacos específicos para el insomnio.
Tomado de www.sanitas.es
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