Calmar al Enfermo de Alzheimer
Causas de reacciones catastróficas
· Tensión ocasionada por hostigamiento, presiones o demandas excesivas ante cierta situación.
· Frustración ocasionada por mensajes ambivalentes o malas interpretaciones.
· Algún otro tipo de malestar o enfermedad subyacente.
El comportamiento agresivo puede sobrevenir en cualquier momento cuando uno menos lo espera. Esto tal vez nos haga sentir mal y no saber que hacer ni como reaccionar ante dichas situaciones. Se recomienda contar con un libro o un diario donde llevemos un registro de cuando y cómo se presentan dichas reacciones catastróficas. De esta forma, uno podrá recordarse qué fue lo que pasó en equis circunstancia y tratar de evitar que se repita esa amarga experiencia. Tome en cuenta que cada cabeza es un mundo y que el sujeto puede reaccionar en forma diversa ante una misma situación y estímulo.
Intente minimizar la tensión
A fin de evitar este tipo de reacciones catastróficas se recomienda un ambiente tranquilo y sin tensiones en que la persona con demencia pueda seguir cierto tipo de rutina que le sea conocida.
· Acérquese a la persona poco a poco y háblele despacio y sin levantarle el tono de voz
· Sonríale y trate de evitar transmitirle sus propios temores, miedos o angustias.
· Dese cuenta de que la persona no siempre le podrá reconocer: intente darle alguna información que le puede ayudar, tal como su nombre y su relación de parentesco para con ellos.
· Tratar de hacer contacto visual y diríjase a ellos por su nombre; el tocarlos suavemente puede funcionar bastante bien y sea un modo de tranquilizarlos, pero esté consciente que para algunos esto puede no gustarles.
· Háblele claramente y utilice frases muy simples y cortas, dándole suficiente tiempo para que responda.
· Trate de hacer preguntas que requieran solamente un “sí” o un “no” como respuesta.
· Demuéstrele visualmente lo que usted trata de decir.
· Evite todo tipo de ruidos y distracciones que sólo lo atontan y atolondran.
· Trate de enfocarse en aquellas habilidades que están dentro de sus capacidades.
· Dele a escoger algo dentro de un número limitado de posibilidades, esto evitará que se angustien a no saber que elegir.
· Divida las tareas en pasos simples que no le abrumen.
· Si le es difícil comprender lo que la persona trata de decirle, intente enfocarse en una palabra o frase que tenga sentido, o simplemente responda a los sentimientos que ellos tratan de expresar.
· Muchas veces es necesario el que usted mismo se aparte de la situación o del conflicto hasta que la persona se haya tranquilizado.
Modificando o adaptándose al ambiente
El paciente con demencia frecuentemente llega a perder el control si se encuentra a sí misma ante una situación extraña o ante un grupo de gente desconocida, ya que esto les puede causar angustia y confusión. Para muchos esto podrá ser muy simple y no tener sentido, pero para estos pacientes la frustración que ocasiona puede ser suficiente motivo como para provocar una reacción que no quisiéramos se presentara.
· Esté consciente qué tipo de situaciones conducen a conductas no deseadas y trate de evitarlas.
· Trate de que la persona haga las cosas cuando ésta se encuentra en su mejor momento y usted vea que no está cansada.
· Trate de llevar un diario donde apunte todas aquellas cosas buenas y malas que pasen, anotando en qué circunstancias suelen ocurrir.
· El colocar rótulos o dibujos sobre muebles u objetos pueden ayudarles a identificarlos o ubicarlos.
· Trate de evitar todo tipo de frustración adaptándose al problema: por ejemplo, se la persona se muestra inquieta y quiere levantarse y andar por toda la casa, permita a la persona que lo haga, le servirá de ejercicio y ésto la calmará.
· Cierre aquellas áreas de la casa donde crea que pueda haber u ocurrir problemas.
· Simplifique lo más que pueda el ambiente: por ejemplo, ponga solamente los cubiertos necesarios sobre la mesa a la hora de los alimentos.
· Haga que la persona utilice otros sentidos tales como el tacto y el olfato.
· Recuerde que muchos de los problemas de conducta se presentan cuando ha habido un cambio en su ambiente, como pudiera haber sido el haberse cambiado de casa o haber sido ingresado en una residencia geriátrica.
La distracción
En ocasiones muchos de estos tipos de explosiones o arranques pueden evitarse cuando de antemano notamos a la persona un poco tensa o agitada. Es cuando debemos de actuar tratándola de calmar y reconfortarla, proporcionándole cariño y seguridad.
· Intente primeramente de responder a los sentimientos de enfado tratando de apaciguar y tranquilizar a la persona con mucha calma y dulzura.
· Procure distraerla y, de manera alterna, trate de ignorar este tipo de arranques ocupándose usted mismo en otras cosas.
Cosas que hay que evitar
· Tratar de no discutir con la persona cuando estén molestos, puesto que ellos ya no tienen la habilidad para razonar ni ser lógicos en sus planteamientos. En vez de esto, trate de conservar su energía y de permanecer calmado.
· Trate de no enojarse ya que esto puede empeorar la situación.
· Tratará no de andar tras la persona a manera de estarlo vigilando, todo esto les molesta.
· Nunca le reprenda o le castigue, aún cuando su comportamiento suela ser un berrinche o capricho irrazonable, recuerde que ellos no son responsables por lo que hacen.
· Trate de enfocarse no en lo que la persona no puede hacer, sino más bien en aquellas cosas positivas que aún puede lograr.
· Intente de no reírse, ni burlarse ni ser sarcástico.
· Trate de no hacerle preguntas que requieran utilizar la memoria.
· Procure no hablar de la persona en su presencia.
· Trate de no para tomar las cosas a muy pecho o de manera personal.
· Trate de no apresurar o meter prisas a la persona.
· Nunca tratar de forzar o retener a la persona porque esto simplemente hará aumentar su inquietud y angustia.
· Nunca ponga en riesgo su propia seguridad: si cree que las cosas se salieron de control y ve peligro, pida ayuda a un familiar, a un vecino o aun miembro de su Grupo de Apoyo. Si cree que la situación es más grave, llame a su doctor o a la propia policía.
Violencia y agresión
Una persona con demencia puede llegar a violentarse en un dos por tres. Su agresividad puede ser no sólo verbal, sino física; llegando no sólo a los golpes, sino también a la destrucción de muebles y objetos con los cuales pueden causarse daño a sí mismos, como causar daño a los demás. Generalmente esta violencia física ocurre casi siempre cuando alguien intenta acercarse a ellos, lo cual es visto por el paciente como una agresión hacia su persona. En estos casos trate de calmarse y no mostrar su temor o miedo. Trate de comprender que aún si la agresión es dirigida hacia usted, ésta no debe ser vista como un ataque personal. La violencia podría ser ocasionada por:
· Conducta Defensiva. Una persona con EA puede sentirse humillada y frustrada cuando se les coloca en una situación donde tienen que aceptar ayuda, especialmente en tareas que son consideradas íntimas tales como la de tener que ser bañando o auxiliados para hacer sus necesidades básicas, ya que esto significa perder su independencia y privacidad, todo lo cual puede traer como consecuencia el que reaccionen airada y violentamente al sentir que ya no pueden hacer todas aquellas cosas que antes hacían por si mismos.
· Malos entendidos. A medida que avanza la enfermedad, surgen ciertos detalles en que la persona se ve desorientada y confundida. El enfermo puede acusar a los demás de haberle robado en un intento desesperado por darle un sentido o una justificación a lo que les está pasando y una negación a aceptar la realidad, como es la de que están olvidando las cosas, no poder recordar dónde pusieron los objetos que han perdido y muchos otros detalles más.
· Miedo o temor. La persona es incapaz de reconocer personas o lugares, lo cual puede asustarles o hasta causarles pánico. El ver mucha gente o estar en medio de mucho ruido pueden ser detonantes negativos. Lo mismo puede suceder si alguien llega a acercársele de pronto por detrás o por la espalda, lo cual pudiera ser también la causa de una reacción hostil.
· Cambios en la rutina. Ejemplos de ésto pudieran ser la presencia de mucha gente, un suceso especial, ruidos o mucha actividad nueva a su alrededor.
· Buscar atención. Así como los niños hacen sus berrinches para llamar la atención, así pueden actuar de manera impulsiva a fin de tratar de dar a entender que necesitan ayuda, aunque ésta no la sepan pedir o expresar.
· Dolor y aburrimiento. Muchas veces factores tales como dolor, aburrimiento o falta de actividad se traducen en conductas de carácter negativo produciéndose enfado, agresión o agitación, especialmente si la persona es incapaz de comunicar tales dificultades verbalmente.
· Intentos de controlar conductas. El que nosotros como cuidadores queramos controlar conductas como el vagabundeo, pueden causar reacciones catastróficas. Ejemplos de esto pueden ser cuando uno les dice: “Ya siéntate, no te pares, quédate quieto…”.
Medidas preventivas
· Intente llevar a cabo todas aquellas tareas que considere difíciles justo cuando la persona se encuentre en su mejor momento.
· Trate de no presionar a la persona. Tome en cuenta sus limitaciones y no espere mucho de ella.
· Fomente lo más que pueda la independencia para que la persona se valga por si misma, lo más que pueda.
· Evite enfrentamientos que a nada conducen, busque alternativas y pida sugerencias.
· Ofrézcale ayuda, pero hágalo con tacto.
· Estimúlelo y alábelo por las cosas que ha hecho bien, pero nunca le critique.
· Trate de advertir por adelantado señales tales como ansiedad o agitación (inquietud, nerviosismo, rechazo a hacer las cosas).
· El ejercicio puede ser una medida preventiva bastante útil.
· Si usted sospecha que la persona está enferma, pues ve que se queja o presenta dolor, entonces sería muy conveniente el que consultara a su médico. Muchas veces estos arranques de ira pueden estar ocasionados por una infección, dolores o malestares que pueden remediarse.
· Recuerde que no todas las medidas preventivas van a funcionar siempre de igual forma. No se culpe usted el que de pronto surja de nuevo algún tipo de agresión, trate más bien de tomar las cosas con calma y si es posible con una suficiente dosis de buen humor.
Estrategias
· No intente presionar, ni restringir o acorralar a la persona, tampoco se le ocurra acercarse por atrás e intentar algún tipo de contacto físico. Es mejor dejarlos solos hasta que ellos mismos se hayan calmado.
· En caso de dificultad, busque la ayuda de un familiar, un amigo o un vecino.
· Trate de no tomar las cosas muy a pecho o personalmente.
· Háblele con voz calmada y tranquila, trate de distraerlo.
· Trate de no levantar el tono de voz.
· No los provoque riéndose o mofándose de ellos.
· Nunca trate de castigarlos, no saben lo que hacen.
· Trate de no mostrar temor o miedo.
· Busque otros medios que usted cree puedan resultar efectivos.
· Trate de permanecer tranquilo y hasta cierto punto distante, para no verse envuelto en argumentos estériles; en casos difíciles, respire profundamente y cuente, tal vez no solamente hasta diez, sino hasta veinte o hasta cien. Verá que funciona.
· Tratar de convencerse a sí mismo que usted más que enfrentarse a una persona, usted se enfrenta a una enfermedad.
· Si usted pierde la paciencia, no se sienta mal ni se sienta culpable; trate de discutirlo con algún amigo, compañero de Grupo de Apoyo o algún profesional que le pueda brindar ayuda.
· Si los incidentes de agresión persisten, consulte a su médico o geriatra. Seguramente él le podrá sugerir algo más, ya sea una nueva evaluación médica o algún tipo de medicamento tranquilizante.
Cuídese a usted mismo
Resulta lógico que este tipo de reacciones súbitas le dejen enojado, con coraje y hasta temblando e intrincado de rabia. Es esencial que busque ayuda, ya sea de un familiar, un amigo, un miembro de su grupo apoyo o un profesional de la salud.Busque también algún otro tipo de ayuda, como alguien que le ayude con tareas tales como la limpieza del hogar, lavado de ropa, además de alguien que le ayude en el cuidado del enfermo, ya sea uno o dos días, o aunque sea por unas cuantas horas.
Recuerde que todos estos sentimientos de angustia, frustración, culpabilidad, agotamiento y desesperación son muy normales. Sin embargo, si usted cree estar perdiendo el control, tanto de si mismo como de la situación, no dude en llamar a alguien más del Grupo de Apoyo a que pertenece o a la Asociación de Alzheimer más cercana a su localidad, donde con mucho gusto tratarán de brindarle apoyo. Esta información no pretende sustituir las indicaciones de los profesionales sanitarios.
Comments