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La depresión, la desorientación y la pérdida de memoria son síntomas comunes de la vejez, pero además también es muy habitual que los ancianos sufran ciertos comportamientos agresivos. La agresividad en ancianos es una consecuencia del desequilibrio emocional que sufren las personas mayores debido al envejecimiento; la tristeza, el aislamiento o el desánimo pueden derivar en situaciones de enfado que generan situaciones de agresividad, y en algunos casos, incluso violencia.
Controlar estos episodios de agresividad es uno de los retos más importantes de los cuidadores de personas mayores, que en muchas ocasiones no comprenden el comportamiento del anciano y se sienten frustrados ante una actitud violenta. Para ayudar a afrontar este tipo de circunstancias, explicamos las causas más comunes de la ira en personas mayores y damos algunos consejos sobre cómo tratar la agresividad en ancianos.
¿POR QUÉ AUMENTA LA AGRESIVIDAD EN LAS PERSONAS MAYORES?
La demencia, el delirio o los trastornos mentales como el Alzheimer provocan cierta inestabilidad en la salud mental del anciano, lo que puede derivar en desesperación y mostrarse en forma de un comportamiento agresivo.
Sin embargo, los propios síntomas de la vejez también pueden ser la causa de dicha agresividad, por lo que lo más importante es conocerlos y ofrecer apoyo al anciano para que no se sienta desamparado. Algunos de ellos son:
Sensación de inutilidad
Falta de autonomía.
Desconexión con el presente.
Rechazo al cambio.
ENTONCES, ¿CÓMO SE DEBE GESTIONAR LA IRA EN LOS A
NCIANOS?
Indudablemente, uno de los aspectos en los que debemos prestar especial atención en el cuidado de ancianos es infundirles tranquilidad y hacerles sentir acompañados y comprendidos. Escucharles, darles conversación e intentar no entrar en una discusión con ellos son las tres claves para que el anciano se sienta más relajado y prevenir sus posibles ataques de ira.
Si aun así no podemos evitar un episodio de agresividad, estos son algunos consejos para saber cómo reaccionar y tranquilizar al anciano:
1. DISTRAE SU ATENCIÓN
Ante una actitud agresiva, lo mejor es cambiar de tema, hablarle al anciano de algo cotidiano que le haga feliz, preguntarle cómo se encuentra, qué ha hecho durante el día y evita dar importancia a sus contestaciones o provocaciones.
2. DEMUÉSTRALE QUE NO ES FRÁGIL
Cuando un anciano se siente frágil, inútil o desprotegido, los episodios agresivos son más frecuentes, por lo que evita este tipo de sentimientos e intenta demostrarle el importante papel que representa para su familia, todo lo que ha logrado a lo largo de su vida y lo que todavía puede aportar. Hazle sentir útil.
3. EVITA RAZONAR CON ÉL
La capacidad de pensar con lógica en los ancianos se deteriora por lo que intentar entrar en una discusión argumentativa y hacerle entender que no tiene razón es una pérdida de tiempo. El anciano no te entiende e insistirle solo aumenta su inestabilidad emocional y, por tanto, su enfado.
4. SEPARA TUS LAZOS PERSONALES CON EL ANCIANO
Si el anciano es familiar tuyo, sabemos que es difícil no tomarte su agresividad como algo personal, pero no está realmente enfadado contigo sino que su situación de vulnerabilidad hace que esté más irascible. Por eso, es esencial que intentes no darle importancia y no enzarzarte en una pelea con él. No sirve de nada.
5. PIDE AYUDA PROFESIONAL
Hay veces que la agresividad se vuelve algo incontrolable y por más que tu actitud sea la adecuada, no puedes evitarla. En esos casos, lo mejor es acudir a cuidadores profesionales que conozcan el comportamiento en la tercera edad y sepas no mezclar lo personal con lo profesional. Ellos ayudarán a controlar las emociones del anciano y harán que todo sea un poco más fácil.
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