La enfermedad de Alzheimer puede causar estrés en las familias. Superen juntos los conflictos para que puedan concentrarse en lo que es importa
Cuando a un miembro de la familia se le diagnostica la enfermedad de Alzheimer u otra demencia, el efecto en toda la familia puede ser abrumador. El diagnóstico puede desencadenar una serie de emociones, como ira, miedo, frustración y tristeza. También hay muchas decisiones que tomar sobre el tratamiento, la atención, los arreglos de vivienda, las finanzas y la atención al final de la vida. Como resultado, los conflictos familiares son comunes.
Tu familia también tiene su propia historia de relaciones, roles y conflictos que pueden afectar la forma en que los individuos reaccionan a un diagnóstico y la forma en que los miembros ven sus roles a la hora de brindar atención y apoyo.
Considera estrategias que fomenten la cooperación para alivianar algunos conflictos familiares.
Comparte la responsabilidad
Haz una lista de las funciones y responsabilidades actuales y previstas. Es poco probable que dividas el cuidado uniformemente, pero una lista completa te ayudará a considerar los roles que se ajustan a las preferencias, recursos, habilidades y capacidad emocional de cada miembro de la familia.
Algunos pueden proporcionar cuidados prácticos o hacer arreglos para que el miembro de la familia se mude con ellos. Otros pueden ser responsables del cuidado de relevo, de las tareas domésticas o de los mandados. Tu familia podría designar a alguien para que se encargue de los asuntos financieros o legales. Una persona podría investigar sobre los centros de atención.
Organiza reuniones periódicas
Tener reuniones familiares para hablar del cuidado y otros asuntos relevantes. Al reunirse regularmente, por ejemplo una vez por mes, puedes hablar de algunas preocupaciones por vez, evitar el agotamiento de las reuniones largas y estar más preparado para cualquier cambio en la atención. Esto se puede hacer en persona, por teléfono o por videoconferencia.
Invita a todas las personas que forman parte del equipo de cuidado, incluidos los amigos de la familia y otros contactos cercanos. Cuando corresponda, como en el caso de las preocupaciones sobre el cuidado en el hogar, incluye al miembro de la familia con demencia. Si no puedes resolver los desacuerdos, considera invitar a un trabajador social o a un representante religioso para que te ayude a organizar una reunión.
Elabora una lista de los temas que se tratarán y compártela antes de la reunión. Deja en claro que el objetivo de la reunión es evaluar el cuidado y las necesidades, identificar problemas y considerar soluciones. Ten presente que quizás debas negociar y que tal vez surjan posibilidades que no hayas considerado.
Termina las reuniones familiares con una clara comprensión de lo que se ha acordado, lo que cada persona se ha comprometido a hacer y lo que debe hablarse en el futuro. Puedes hacer un resumen de la reunión o una grabación de audio para los miembros de la familia que no puedan asistir.
Comunicarse honestamente
Habla de tus sentimientos de manera abierta y constructiva durante las reuniones familiares y las conversaciones informales. Si estás enojado o estresado, dilo.
Expresa tus sentimientos sin culpar ni avergonzar a nadie más usando afirmaciones en primera persona. Por ejemplo, podrías decir: "Me siento abrumado por tener que hacer malabares con mis propios horarios y las citas de mi padre", en lugar de: "No entiendes lo que es manejar los horarios de mi padre".
Escucha también los sentimientos de otros miembros de tu familia.
No critiques
Existen muchas maneras «correctas» de brindar atención médica. Respeta las capacidades, los estilos y los valores de cada persona responsable del cuidado. En especial, brinda apoyo a los miembros de la familia responsables del cuidado práctico diario.
Considera la terapia psicológica
Incluso con una comunicación y cooperación eficaz entre los cuidadores de la familia, es posible que necesites ayuda para resolver conflictos o sobrellevar el estrés. Podrías unirte a un grupo de apoyo para cuidadores de pacientes con demencia, buscar asesoría familiar o pedir consejos a tu equipo de atención médica.
Trabajar los conflictos puede ayudarte a poner tu atención en cosas más importantes, como cuidar a tu familiar y disfrutar de su tiempo juntos.
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